martes, 29 de diciembre de 2009
entre espacios y miradas 2
Entre espacios y miradas
Exposición fotográfica de Erika Arlanzón
Tema: Apertura de exposición fotográfica
Entre espacios y miradas, 1999/2006
Fotógrafa: Erika (Kika Arlanzón)
Nacida en México D.F. Erika Arlanzón, egresada de la Licenciatura en Teatro de la Universidad de las Américas Puebla, ha realizado estudios fotográficos de manera autodidacta.
Entre espacios y miradas 1999-2006, es sólo una muestra de la teatralidad que su ojo fotográfico expone. En esta breve colección, congela momentos de diversos temas. Ya que realiza un recorrido a través de las miradas del olvido, desapego y resignación, por medio de diversos fotográficos, a su vez, congela espacios de obras teatrales.
Juega con la diversidad de elementos que los actores proponen, convirtiéndose estos sin saberlo en modelos. Así como los mismos modelos se transforman en personajes para ser congelados en espacios definidos (por las temáticas tratadas) para encontrar una nueva propuesta que oscila entre la teatralidad y la mirada fotográfica.
Fuente:
Revista Replica (Puebla) No. 01 septiembre de 2006.
Exposición fotográfica de Erika Arlanzón
Tema: Apertura de exposición fotográfica
Entre espacios y miradas, 1999/2006
Fotógrafa: Erika (Kika Arlanzón)
Nacida en México D.F. Erika Arlanzón, egresada de la Licenciatura en Teatro de la Universidad de las Américas Puebla, ha realizado estudios fotográficos de manera autodidacta.
Entre espacios y miradas 1999-2006, es sólo una muestra de la teatralidad que su ojo fotográfico expone. En esta breve colección, congela momentos de diversos temas. Ya que realiza un recorrido a través de las miradas del olvido, desapego y resignación, por medio de diversos fotográficos, a su vez, congela espacios de obras teatrales.
Juega con la diversidad de elementos que los actores proponen, convirtiéndose estos sin saberlo en modelos. Así como los mismos modelos se transforman en personajes para ser congelados en espacios definidos (por las temáticas tratadas) para encontrar una nueva propuesta que oscila entre la teatralidad y la mirada fotográfica.
Fuente:
Revista Replica (Puebla) No. 01 septiembre de 2006.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Librero Navideño
¡Qué no le digan, qué no le cuenten, el librero Navideño llegó con su duende!
¿Le hace falta algún regalo para la temporada?
Qué tal un libro.
¿La lectura no es lo de usted?
Pues también tenemos fotografías diversas, desde una Enmascarada de la lucha libre, Elfos hasta de danza contemporánea.
¿Aún no sabe que regalar?
Pues llévese a precio especial la antología: “Innombrable Fantasía”.
¿La Navidad no va con su personalidad?
Tenemos la “Antología del Terror”.
¿El frio esta duro?
Pues “Suspire Azul” con esta maravillosa novela negra.
¿Lo mandaron al Sótano, porque se porto mal?
Entreténgase leyendo “La antología del Sótano”
¿Ya se animó?
Pues llévese tambien un bonito separador o un portaretratos
Libros disponibles desde $100 pesos incluye costo de envío y moño.
Tipo de pago: Deposito bancario, efectivo, paypal próximamente.
Mayores informes con Kika la librera e Igor su duende:
E- mail: earlanzon@hotmail.com
C: 044.55.39.28.77.04
¿Le hace falta algún regalo para la temporada?
Qué tal un libro.
¿La lectura no es lo de usted?
Pues también tenemos fotografías diversas, desde una Enmascarada de la lucha libre, Elfos hasta de danza contemporánea.
¿Aún no sabe que regalar?
Pues llévese a precio especial la antología: “Innombrable Fantasía”.
¿La Navidad no va con su personalidad?
Tenemos la “Antología del Terror”.
¿El frio esta duro?
Pues “Suspire Azul” con esta maravillosa novela negra.
¿Lo mandaron al Sótano, porque se porto mal?
Entreténgase leyendo “La antología del Sótano”
¿Ya se animó?
Pues llévese tambien un bonito separador o un portaretratos
Libros disponibles desde $100 pesos incluye costo de envío y moño.
Tipo de pago: Deposito bancario, efectivo, paypal próximamente.
Mayores informes con Kika la librera e Igor su duende:
E- mail: earlanzon@hotmail.com
C: 044.55.39.28.77.04
jueves, 3 de diciembre de 2009
domingo, 9 de agosto de 2009
martes, 4 de agosto de 2009
miércoles, 18 de marzo de 2009
The Mexican Thunder cat
Cuatro caminos, ¿qué ruta tomar?
Erika Arlanzón
15 de marzo de 2009
Cada vez es más difusa la imagen de hoy, entre más pasan las horas se distorsionan y me distancio mas del recuerdo.
Fue una odisea de tensión, un viaje con negativos de malas fotografías impresas en una ilusión.
Sólo recuerdo los flashazos del ultrajador, sí, así lo digo, con todas esas letras, porque no fue a mi hoy; sino a una muchacha sencilla y humilde, que quizá era la primera vez que salía de de su pueblo natal, una de rasgo indígena. Que en otra ocasión la hubiera llamado sirvientita, pero hoy no, hoy sentí empatía con ella, quizá porque hace meses o quizá más de un año, sentí esa misma sensación de dolor, de susto, de desanimo, para continuar caminando por esta ciudad.
Sólo observe como la asaltaron, aunque en realidad, sería darle demasiada categoría a ese ladronzuelo de microbús. Forcejeo con ella hasta arrebatarle de las manos su primer celular. Grito, se asusto, no sabía qué hacer, mientras yo, presa del pánico interior, escondí mi I Pod, pues pensé “no vaya ser que regrese y sea la segunda vez, en este ultraje material”. Sin embargo, tome de escudo a una anciana que subía, al cederle mi lugar… lo siento… alguien tiene que tomar el trabajo sucio; no fuera a regresar. “Qué la asalten primero a ella y a mí me vuelvan asustar”.
Cada vez que me distancio mas, sólo veo un cobarde, que le da fuerza el valiente que no se atreve a ponerle alto. Siento que esta vez estoy agradecida profundamente porque no me toco a mí, lo tomo como un aviso del destino. El ponerme encima los cuatro juegos de ojos para ir mas a las vivas.
Este escrito es sólo un desahogo del enojo, de la rabia, del susto, del nervio y del ejercicio de observación que me toco hoy al subirme en el camión. Teniendo cierta tensión, desde el momento en que baje del anden del metro, buscaba el anden camionero y sabía que era el “M”, pero no llegaba el camión. Me desesperaba, estuve a punto de iniciar el resto del camino a pie para salir de ese muladar, espere y llegó, como llego mi destino que hoy no me toco la mano de aquel ladrón, pero si tocó algo más hondo, algo detono, algo que hoy escribo desde el cansancio y hartazgo de esta ciudad. El forcejeo, gritos y nadie hicimos nada, sólo observe como huyo el ladrón con el celular. La risa fue la única que lo siguió, una risa cínica, de victoria, acompañada a lo lejos de impotencia por aquella niña que iba lo mejor vestida en su día de salida, ecléctico día, en el que fui hacer unas fotografías.
Erika Arlanzón
15 de marzo de 2009
Cada vez es más difusa la imagen de hoy, entre más pasan las horas se distorsionan y me distancio mas del recuerdo.
Fue una odisea de tensión, un viaje con negativos de malas fotografías impresas en una ilusión.
Sólo recuerdo los flashazos del ultrajador, sí, así lo digo, con todas esas letras, porque no fue a mi hoy; sino a una muchacha sencilla y humilde, que quizá era la primera vez que salía de de su pueblo natal, una de rasgo indígena. Que en otra ocasión la hubiera llamado sirvientita, pero hoy no, hoy sentí empatía con ella, quizá porque hace meses o quizá más de un año, sentí esa misma sensación de dolor, de susto, de desanimo, para continuar caminando por esta ciudad.
Sólo observe como la asaltaron, aunque en realidad, sería darle demasiada categoría a ese ladronzuelo de microbús. Forcejeo con ella hasta arrebatarle de las manos su primer celular. Grito, se asusto, no sabía qué hacer, mientras yo, presa del pánico interior, escondí mi I Pod, pues pensé “no vaya ser que regrese y sea la segunda vez, en este ultraje material”. Sin embargo, tome de escudo a una anciana que subía, al cederle mi lugar… lo siento… alguien tiene que tomar el trabajo sucio; no fuera a regresar. “Qué la asalten primero a ella y a mí me vuelvan asustar”.
Cada vez que me distancio mas, sólo veo un cobarde, que le da fuerza el valiente que no se atreve a ponerle alto. Siento que esta vez estoy agradecida profundamente porque no me toco a mí, lo tomo como un aviso del destino. El ponerme encima los cuatro juegos de ojos para ir mas a las vivas.
Este escrito es sólo un desahogo del enojo, de la rabia, del susto, del nervio y del ejercicio de observación que me toco hoy al subirme en el camión. Teniendo cierta tensión, desde el momento en que baje del anden del metro, buscaba el anden camionero y sabía que era el “M”, pero no llegaba el camión. Me desesperaba, estuve a punto de iniciar el resto del camino a pie para salir de ese muladar, espere y llegó, como llego mi destino que hoy no me toco la mano de aquel ladrón, pero si tocó algo más hondo, algo detono, algo que hoy escribo desde el cansancio y hartazgo de esta ciudad. El forcejeo, gritos y nadie hicimos nada, sólo observe como huyo el ladrón con el celular. La risa fue la única que lo siguió, una risa cínica, de victoria, acompañada a lo lejos de impotencia por aquella niña que iba lo mejor vestida en su día de salida, ecléctico día, en el que fui hacer unas fotografías.
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